Cuando llega la época veraniega en cualquier ciudad de costa, siempre recibes alegremente las visitas de los amigos y familiares que vienen a pasar unos días de estas ansiadas vacaciones. Y como no podía ser menos, después de estar viendo en fotografías durante todo el año los peces que capturas, llegan con ganas de salir a pescar y hacerse la correspondiente foto con uno de esos magníficos peces.
Hasta aquí no hay ningún problema, pero como todos sabemos, es muy difícil conseguir ese objetivo debido a la cantidad de variables de las que dependen la pesca y muchas veces es complicado hacérselas entender. Así que, los sacas a pescar encantadamente intentando que no se note la presión añadida a la que estás expuesto e intentando afinar al máximo para que todo salga perfecto.
Pues con todo esto, a nuestros amigos no íbamos a dejarlos con las ganas de pescar y... ¡hemos cumplido objetivos satisfactoriamente!
Carlos llegó un viernes por la tarde, justo cuando nosotros llegábamos a puerto después de una jornada sin tocar ni un solo pez. Imaginaros nuestra incertidumbre al concretar una salida a la mañana siguiente. Decidimos ir tras los Bonitos después de haber tenido 3 salidas sin verlos. Quizás un poco arriesgado cuando esperas ver a tus amigos con una sonrisa mientras el carrete suena tras una picada de uno de estos bólidos.
Llegada a puerto amaneciendo y las condiciones previstas habían cambiado de un día sin viento a levante fuerza 3-4 ya pegando antes de que saliera el sol. Miradas entre nosotros y mientras comentamos con el resto de pescadores en pantalán que dudaban si salir al mar o volverse a la cama, apostamos por salir y ver como está realmente la situación para intentar conseguir esa foto que Carlos desea. 3 horas después, cuando el mar ya se hizo indominable, y aun cuando mucha gente está durmiendo, estabamos en puerto con muchas fotos y varios Bonitos que hicieron disfrutar a Carlos de lo lindo.
Varios días después llegaba Pedro y por lo visto con mucha suerte en la maleta. Pescador de truchas leonesas con el mismo objetivo: una buena foto que llevarse y disfrutar mientras navega por el mar... Esta vez sin madrugar, volvemos a apostar por los Bonitos a ver si continuaban por la zona. Ellos no aparecieron, pero si esta Serviola que le hizo disfrutar como nunca. ¡Vaya cambio! de las truchas leones a este ferrari. Nada más clavarla me decía: "esto no se irá a quedar sin línea, ¡que no para!" y es que hubo que navegar un poco detrás de ella ya que aquello no paraba de sacar hilo.
Y su segundo día, cuando todo parecía que se iba a terminar con unos Jureles de mediano tamaño y mientras Pedro desempescaba uno de ellos, dos toquecitos leves al señuelo y una espectacular carrera posterior hacía subir al barco un Dentón magnífico de ¡6 kilates!. Pronto podréis ver el vídeo de la captura completa.
Parafraseando a Ramón J. Cañadas, miembro de este equipo: "Good lure, good fish= happy fisherman!"Al final, lo que comenzaba con una difícil tarea para nosotros, ha terminado con un repertorio de fotos y buenas sensaciones para nuestros amigos.
Esperamos que estéis disfrutando de vuestro verano, ¡que a nosotros aun nos quedan salidas pendientes con amigos y familiares!
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